La escucha activa en la Comunicación No Violenta

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El 90% de los problemas que se generan entre personas remiten a nuestra comunicación y la clave está en la práctica consciente de la escucha. Parece lógico, por tanto, que para resolver parte de estos problemas nos paremos a analizar si escuchamos de manera activa o no.

Existe un tipo de comunicación que, empleando las palabras de siempre, las combina y emplea de tal forma que causa un efecto totalmente distinto al habitual.

Estoy hablando de la Comunicación No Violenta (CNV) cuyo propósito es generar una conexión esencial entre las personas que se están intentando comunicar.

En realidad su creador, Marshall Rosenberg, escribía “NoViolenta” en una única palabra porque situaba su origen en un vocablo sánscrito llamado “Ahimsa”, de significado polisémico: “sin deseo de hacer daño o violencia, acción nacida desde el amor”

Empecé a conocer y utilizar esta herramienta psicolingüística hace 7 años y, además de realizar formaciones en Comunicación No Violenta para personas y organizaciones, sigo aprendiendo de ella.

Bases de la CNV

Para que esta conexión se produzca es necesario que se activen 2 factores fundamentales de la CNV:

  • La escucha activa y presente
  • La empatía o comprensión del otro.

Ambos factores se retroalimentan y son indispensables en el proceso. Uno no ocurre sin el otro. No es posible comprender sin escuchar de verdad y no podemos escuchar de verdad sino queremos realmente comprender al otro.

¿Qué entendemos por escucha activa?

De manera general, y especialmente en una sociedad tan estresada como la nuestra, dedicamos poco tiempo para escuchar y para ser escuchados.

Normalmente pensamos que estamos ejercitando la escucha cuando nos mantenemos mas o menos impasibles ante lo que nos están contando, asentimos y participamos con nuestra opinión o consejo relativo a lo que nos están contando.

Eso NO es escuchar de manera activa. Tampoco lo es guardar silencio mientras el otro habla.

Ejercicio de escucha activa en curso de comunicación no violenta

¿Cuántas veces te has visto a ti mismo o a ti misma en alguna de estas situaciones en una conversación?

  • Desconectada/o, sin estar presente, pensando en tus cosas. No estás prestando atención, puede que incluso estés haciendo la lista de la compra mentalmente.
  • Mirando el móvil de manera continua mientras mantienes una conversación.
  • Juzgando mentalmente lo que te están contando. Emitiendo juicios de valor (generalmente negativos) sobre la persona o el contenido escuchado. Por ejemplo: “Ya me está contando lo mismo de nuevo, qué pesado, o “Qué equivocada está. No tiene razón en quejarse de esa forma. Ahora se lo voy a explicar para que lo entienda”.
  • Interrumpiendo para contar “lo tuyo”. La famosa expresión de Francisco Umbral de “yo he venido a hablar de mi libro”. Por ejemplo: “Pues eso que me cuentas a mí me pasó también y lo que hice fue…..”

La escucha activa en la CNV

La Comunicación No Violenta habla de escucha activa y presente con los cinco sentidos en aquello que está pasando. Por lo tanto, tenemos que borrar de nuestra cabeza todos los juicios, presunciones, prejuicios, valoraciones y, por supuesto, expectativas respecto de esa comunicación.

También es muy importante saber que la CNV no busca un objetivo o finalidad en el proceso de comunicación: busca compartir un momento esencialmente humano.

Para comprobar realmente si hemos acogido de forma generosa y empática esa comunicación y entender que hay comprensión, lo mejor que podemos hacer es convertirnos en un reflejo de esta; es decir, ser un espejo de nuestro interlocutor.

Pasos esenciales que debes seguir para «escuchar activamente»:

  • Escucha con tu cuerpo y observa el efecto de tu comunicación no verbal en tu interlocutor. No solamente las palabras o los silencios reflejan que realmente estoy presente en la escucha. Nuestra actitud corporal es fundamental es este proceso.
  • A veces, puede ser mostrar la apertura de nuestro cuerpo con las manos abiertas como si esperásemos recibir.  Otras veces, pueden ser los ojos con mirada atenta reflejando expectación por escuchar, todo menos evitar la mirada del otro.
  • Observar la actitud corporal de nuestro interlocutor también es escuchar activamente. Nos da información valiosa sobre su estado, incluso más que las palabras que nos dice.
  • Utiliza el parafraseo o repetición de lo escuchado para reafirmar que hemos captado lo que la otra persona nos está diciendo. Una vez que la otra persona ha concluido de exponer lo que quiere decir, nosotros lo vamos a repetir con nuestras propias palabras.

Ejemplos:

Si te he entendido bien, lo que has querido decirme es…….

“Si hay algo importante para ti que yo haya olvidado y que quieras añadir…”

  • No interrumpas a la otra persona, hazle sentir que le estas escuchando.
  • Si realmente sientes que tienes que preguntar alguna cosa porque no la has entendido, puedes hacerlo con educación cuando la otra persona concluya.
  • Y nunca olvides dar las gracias.

Dar las gracias es una magnífica y maravillosa forma de Comunicación No Violenta porque implica acoger con amor lo que la otra persona nos ha compartido, reconocer que valoramos ese intercambio y, con ello, reconocer y dar valor al otro. Al igual que lo es dar confianza, apoyo y respeto.

En definitiva, es poner en práctica todas las actitudes que nos permiten estar más cerca de las otras personas.

Por lo tanto la escucha activa es un conjunto de actitudes y comportamientos que conforman una habilidad comunicativa esencial para la mejora de la relaciones interpersonales.

¿Sabías que la escucha activa es una de las características de las personas con alto cociente de curiosidad?

Efectos de la escucha activa en el otro

Como te he apuntado el principal efecto es que la persona escuchada va a sentir que le importamos, que tenemos consideración a lo que dice y representa, que le damos su sitio y su valor; que nos importa aquello que nos ha dicho y efectivamente hemos estado muy pendientes de todo lo que nos ha contado. Y además lo acogemos sin juicio.

En definitiva, se produce una comunicación exitosa.

Eso es la escucha activa presente y empática de la CNV.

Ejercicio de escucha activa

Las habilidades de escucha se van desarrollando con el uso, así que te propongo que para poner en práctica tu escucha activa, durante el día de hoy o de mañana busques a alguna persona con la que tengas la posibilidad de pasar de pasar un rato de conversación.

Busca un entorno donde estéis tranquilos.

Pregúntale qué le inquieta y deja que te lo cuente

Ejercicio de escucha activa en curso de comunicación no violenta
Ejercicio de escucha activa en curso de comunicación no violenta

Siente que estás activando estas características de la escucha activa:

  • Escucha en el momento, sintiendo que estás presente con tus 5 sentidos no pensando en otras cosas, en lo que vas a hacer o decir a continuación.
  • Percibe tu cuerpo, repasa cómo se comporta, cuál es la actitud de tus hombros, tus manos, tu cabeza, tu mirada… Convierte a tu cuerpo en un espejo de tu interlocutor/a.
  • Recuerda no interrumpir: simplemente introduce palabras y gestos que confirmen a la otra persona que la estas escuchando.
  • Puedes usar palabras como “Lo entiendo”, “Así es”, asentir con la cabeza… A veces la mejor escucha activa es un silencio amoroso que le haga sentir a la otra persona que no está sola y que te tiene cerca. También lo es un abrazo, unas manos entrelazadas, una caricia sobre ellas.
  • Mantente alerta bloqueando cualquier cosa que se cruce por tu cabeza y después reproduce con tus palabras lo que la otra persona te haya dicho sin más intención que la de haber escuchado de verdad. Sin juicios, críticas ni reproches.
  • No respondas lo que tú hubieras hecho ni lo que crees que la otra personas debería de hacer. No pienses en eso, solo acoge con empatía y/o compasión lo que te está diciendo.

Verás cómo te sorprendes gratamente con la reacción de tu interlocutor/a.

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